Tuvimos un problema con la cámara y no disponemos de momento de fotografías de su intervención, por ello la presente imagen la hemos pedido prestada a Turismo Rural La Ojinegra donde Benigo y Teresa se alojaron.
El jueves 3 de abril, Benigno Varillas impartía una charla
en el CEA ÍTACA: “Poblados de teletrabajadores productores de vida salvaje para
revitalizar zonas rurales”. Éste que forma parte de uno de sus proyectos,
tiene mucho de novedoso y lleva tiempo persiguiéndolo pero ¡hasta el momento!, al menos en España, no ha
podido llegar a realizarlo, lo que consideraba de alguna manera como un fracaso. Proponía la
generación de poblados de teletrabajadores en el medio rural, en zonas de
especial interés natural que se encargasen a la par de conservar y mejorar el entorno.
El último proyecto que planteó y que parecía iba adelante fue en la zona de Atapuerca,
pero al final tampoco se inició.
A riesgo de olvidar algunas de sus muchas aportaciones aquí va un
pequeño resumen de su charla:
Entre sus propuestas, introducir especies que antiguamente se encontraban en nuestra península y por diferentes motivos se extinguieron, es el caso del bisonte europeo, del uro (antecesor de las vacas) y de otros grandes ungulados. Valora estas reintroducciones como posibles ya que se trata de especies autóctonas y cree que tendrían un papel muy importante en la prevención de los grandes incendios forestales que parecen suponer a medida que va pasando el tiempo, un gran riesgo, comentando en algún momento que podrían incluso ocurrir verdaderos desastres en base a la situación actual de las masas forestales. Estos animales “especies salvajes” no solo se alimentarían de la biomasa sino que además ejercerían un importante y nada desdeñable trabajo debido a su gran peso de “compactado ó apisonamiento de la tierra”. Todo ello unido a otras propuestas que podrían ir surgiendo relacionadas con el turismo, la investigación,….
L a palabra “salvaje” cree que en este momento de evolución histórica
da como “cierto miedo” en una era en la que parece que todo debe estar
controlado, ¿el ser humano tiene miedo a esa vida que no sabe cómo se adaptará y
si llegará a suponer un peligro para él?
Benigno no habló desde la tarima sino que se sitúo entre el
público ya que, de esta manera consideraba que la comunicación fluiría mejor. También
comentó que desde que el hombre empezó a escribir perdió el gran poder de
comunicación oral del que disponía, además de la memoria para recordar todo lo
comunicado de una a otra generación.
Además de su charla concretada en estos poblados de
teletrabajadores que podrían suponer un incentivo para el desarrollo rural, nos contó
múltiples anécdotas relacionadas con sus estancias en diferentes países:
Namibia, Tanzania, Sudáfrica,………y su estrecha relación con los masais y los
bosquimanos del desierto del Kalahari. No obstante el hilo conductor de la
charla en ningún momento se perdió, un hilo conductor que nos llevó a
reflexionar sobre la evolución del ser humano en la tierra desde la etapa paleolítica,
etapa en la que el ser humano fue “cazador-recolector”
y que según Félix Rodríguez de la Fuente y él mismo habría que volver a
recuperar ya que la posterior etapa neolítica en la que el hombre se hizo
sedentario generó el tipo de sociedad actual
depredadora y en la que el ritmo natural ha sido obviado, al igual que el resto
de seres vivos, en aras al desarrollismo económico.
Hablo de los pueblos bosquimanos del sur de África sobre los
que se habían realizado estudios genéticos y se había valorado que son uno de los pueblos
vivos más antiguos de la tierra. Su material genético contiene miles de
secuencias que el resto de humanos ya hemos perdido. Su forma de vida sigue
siendo cazadora-recolectora y su relación con la naturaleza donde cada árbol
ó montículo tiene su propio nombre,
dista muchísimo de la nuestra. Están siendo objeto de muchos estudios
científicos no solo por la singularidad genética sino porque su modo de vida
podría aportar ideas para la futura sociedad humana.