CENTRO DE ESTUDIOS AMBIENTALES. ANDORRA.TERUEL.

9 de junio de 2013

Montoro de Mezquita, la hermosa resistencia


 Erase una vez..................un pequeño y hermoso pueblo, con solo siete habitantes en invierno. Tranquilo, iluminado, fresco,...inmerso en un valle, rodeado de montañas abruptas organizadas en torno a él para preservarlo del olvido. El silencio lo acoge y los pájaros entonan allí sus cantos preferidos.En medio de un intenso verde, de miles de colores en esta primavera lluviosa, con el cercano ruido del agua de un río emblemático, cristalino, el Guadalope. 

Una narradora prodigiosa nos va contando historias, leyendas tejidas en torno al agua, a los Órganos de Montoro, al Guardián del Valle, a la Cueva de la Mora, al Pozo de la Era.... Escuchamos callad@s y  nuestra sonrisa vuela  cual niñ@s prendidos del misterio que mana de ellas. 



Desde el inicio al pie de los Órganos de Montoro, al recorrido por La Era, la visita a Los Chorros, la ribera del Guadalope, las calles, la Iglesia, la plaza ....se va gestando poco a poco un profundo afecto  y reverencia hacia este lugar y sobre todo a las  gentes que lo aman y lo habitan, ya sea  desde allí o desde la distanciaGentes austeras, firmes, creativas, ilusionadas, ..y por encima de todo ¡resistentes!, resistentes frente al tiempo, el abandono, el olvido, frente a la cultura de la abundancia y de la masificación que arrasa.


Ellas y ellos son los verdaderos Guardianes del Valle, del pueblo, del río, de su cultura y sus tradiciones, ellas son las que siguen cuidando, mejorando, generando hospitalidad a los que buscan silencio y un encuentro más  íntimo con el medio natural y humano.

* Con mucho afecto:  a Carmen Olague, José Luis Lagares, José Manuel Salesa,......Asociación para el Desarrollo de Montoro de Mezquita,......y todas las demás personas que año tras año velan por la permanencia de nuestro querido y olvidado medio rural. 



 En La Era

       El tradicional y fresco lavadero que despierta las ganas de jugar y tod@s acabamos mojad@s. 















El grupo frente a la Casa de Turismo Rural Valloré, adaptada para personas con discapacidad, donde su propietaria, Carmen, nos acogió durante la rica comida de alforja.