Wangari Maathai fue la persona en la que se pensó para clausurar las jornadas comarcales organizadas con motivo del Año Internacional de los bosques. Llegamos a contactar con su oficina europea, e incluso con la de Kenia por si en algún momento a lo largo de 2011 tenía previsto viajar a España. Desconocíamos la gravedad de su estado que acabó con su vida el 25 de septiembre de 2011.
Wangari, conocida como “La mujer árbol”, fue una pionera desde su época universitaria: se licenció en Biología y llegó a convertirse en la primera mujer en obtener un doctorado en toda África Central y Oriental.
En 1997 fundó el 'Movimiento Cinturón Verde de Kenia', movimiento que sigue en activo y que combina la promoción de la biodiversidad con la del empleo femenino consiguiendo dar a trabajo a más de 50.000 mujeres pobres en diferentes viveros forestales. Gracias a esta iniciativa llegaron a plantarse más de 20 millones de árboles en Kenia, con el objetivo fundamental de frenar la erosión de las tierras deforestadas.
En 1998, su oposición a un proyecto gubernamental de construcción en la selva desencadenó una revuelta popular que fue duramente reprimida por el gobierno y que originó la repulsa internacional. Enemiga de la deforestación y defensora de suprimir la deuda externa del Tercer Mundo, destacó también como decidida opositora al régimen dictatorial de Daniel Arap Moi en Kenia, y durante los noventa fue detenida y encarcelada varias veces. La organización Amnistía Internacional siempre intercedió por ella.
En 2004 se le concedía el Premio Nóbel de la Paz por su acercamiento global al desarrollo sostenible, promover la democracia, los derechos humanos y en particular los derechos de la mujer. Llevó adelante un proyecto que contribuyó a promover un desarrollo ecológico viable social, económica y culturalmente, en Kenia y en África. Se convirtió en la primera mujer africana en recibir este premio, y también en la primera persona ganadora del un Nobel que relacionaba el mantenimiento de la paz y la conservación del ambiente. "De hecho -dice Maathai-, el estado del ambiente de cualquier país es un reflejo de la clase de gobierno que tiene, y sin una buena gobernanza no puede haber paz".
Su compromiso además se ha visto recompensado con un sinfín de galardones como el de Mujeres del Mundo de Women Aid (1989), el de la Fundación Ecologista Goldman (1991), el Premio África de Naciones Unidas (1991) o el Petra Kelly (2004).
Un grupo de alumnos y alumnas del Colegio Gloria Fuertes de Andorra prepararon recientemente un homenaje a Wangari basado en su vida y obra. Dado que teníamos una deduda con ella los invitamos a participar. Mañana miércoles a las 19h en Salón de Actos del Cea Ítaca realizarán esta actividad que seguro nos hará reflexionar en torno al gran trabajo ambiental desarrollado por Wangari.
Esperamos contar con vuestra participación.
